Episodio 7: El cuidado al centro.

  • Producción y edición
    Daniela Fontaine
    Maytik Avirama
  • Edición, diseño sonoro y musicalización
    Carlos Castañeda
  • Ilustración
    Daniela Fontaine
  • Transcripción
    Sofía Díaz Bejarano

Este es el septimo episodio de la temporada 1: Voces guardianas y sanadoras.

Recomendamos escucharlo con audífonos para poder sumergirse en la experiencia sonora.

Este es el último episodio de la primera temporada, es un relato coral, un tejido de voces que ofrendamos a las defensoras, lideresas y mujeres sanadoras y sus territorios. Vamos a escuchar las voces de Danelly Estupiñán, Cecibel Roldán y Leslie Ramírez, lideresas defensoras que estuvieron en La Serena: una casa de descanso para mujeres defensoras de derechos humanos. Escucharemos también a Ana María Hernandez, Nallely Tello e Itzel Guzman de la IMD y Consorcio Oaxaca equipo que coordina La Serena. Ellas nos hablan del autocuidado, el cuidado colectivo y la sanación como prácticas políticas necesarias para el sostenimiento de nuestros activismos.

TRANSCRIPCIÓN

Maytik:Hola! Paso por aquí para agradecerles por todo su apoyo en esta primera temporada de Radio Savia  y para recordarles que se inscriban a la  comunidad Radio Savia para recibir nuestro newsletter con noticias, recomendados y extras de los episodios. Es muy fácil! Vayan a www.radiosavia.com y nos dejan su correo electrónico. Gracias! 

Danelly: Yo soy defensora y sé que no comemos porque está la urgencia de documentar el caso, de ir a mirar qué pasó, de sacar la alerta, de ir a la comunidad que está siendo despojada, no dormimos porque también está la urgencia de hacer un documento, prepararlo para el otro día la audiencia. No nos damos un lugar de descanso porque los domingos son el día que la comunidad tiene para trabajar y la comunidad no trabaja, entonces nosotros tenemos que trabajar con ellos porque es el único día de descanso que tienen. No nos enamoramos, porque pensamos que, bueno, no hay tiempo para eso, nadie quiere una mujer ocupada que tenga demasiadas cosas que hacer y es muy difícil establecer una relación de pareja moviéndonos tanto, viajando, yendo. Además, a veces siendo tan beligerantes, también genera como miedo, temor a las personas que pueden querer acercarse a nosotras o nosotros.

Radio Savia

Relatos de cuidado y sanación del cuerpo territorio 

Un espacio de escucha para resonar el buen vivir 

En esta temporada 1 estaremos escuchando relatos y prácticas desde las voces de mujeres y comunidades guardianas y defensoras territoriales.Testimonios de resistencia, sanación y esperanza que lideran, aconsejan e inspiran un tejido social abundante y diverso. Yo soy Maytik Avirama y yo soy Daniela Fontaine y les estaremos guiando en esta travesía. 

Maytik: Las cicatrices son huellas de heridas físicas que van quedando en el cuerpo, trazando un mapa de memorias de acontecimientos muchas veces dolorosos. La curación de una herida implica una ardua labor de organización celular nuestro organismo pone en marcha una serie de mecanismos que intentan volver el cuerpo a su estabilidad. Existen diferentes tipos de heridas que serán más o menos graves dejando así una mayor o menor marca. A su vez, las vivencias detrás de estas cicatrices pueden ser olvidadas, volverse historias o marcar un antes y un después en nuestras vidas. Son nuestras cicatrices una memoria visible de nuestra capacidad de recuperación y resiliencia.  

Daniela: En septiembre de 2019 asistí a una estancia en Casa La Serena en Oaxaca, México. La Serena es una casa de respiro y sanación para defensoras de derechos humanos, es un proyecto de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras y está coordinada por la organización Consorcio Parlamentario por la Equidad Oaxaca. Durante 10 días pude ser testigo y acompañar la sanación que viven mujeres que están agotadas por la dureza de sus contextos y de sus luchas. Hice amistades entrañables y junto con ellas sané yo también algunas de mis heridas.  

Este es el último episodio de la primera temporada de Radio Savia, en estos meses hemos escuchado historias de mujeres que trabajan en la construcción de otros mundos posibles. Estos relatos nos han acompañado y motivado en los últimos meses y a modo de agradecimiento este último episodio será un relato coral, un tejido de voces que ofrendamos a las defensoras, lideresas y mujeres sanadoras y sus territorios. Vamos a escuchar las voces de Danelly Estupiñán, Cecibel Roldán y Leslie Ramírez defensoras que estuvieron en La Serena y también de Ana María Hernandez, Nallely Tello e Itzel Guzman de la IMD y Consorcio Oaxaca equipo que coordina La Serena. Ellas nos hablan  del autocuidado, el cuidado colectivo y la sanación como prácticas políticas para las defensoras de derechos humanos. 

Les dejamos con Ana María y Nallely. 

Ana Maria: ser defensora para nosotras es ser una mujer que tiene un proceso creciente de conciencia, de defender el bien común, de acompañar las luchas que sus pueblos desarrollan. Son todas esas personas, en este caso mujeres, personas trans, que están empeñadas en no tomar por dado lo que está. La diferencia entre una mujer y una defensora mujer, digamos tiene que ver con su ímpetu de búsqueda de transformación, sea desde donde lo haga. Y que se junta con otras para generar un nuevo mundo, un nuevo escenario, para sentirse juntas y eso, con una fuerte esperanza de poder transformar con su acción. 

Nallely: Hay compañeras defensoras que no llegan al  activismo necesariamente por una decisión, como: “ahhh esta es la actividad que yo quiero realizar”. Si no  llegan a él, a partir de las injusticias  digamos del sistema en el que vivimos, y que muchas veces lleva a que pierdan familiares, sus tierras, entonces llegan digamos de alguna manera forzadas. Sin embargo creo que hay otras compañeras también que hemos decidido como  indignadas digamos por todo lo que sucede a hacer parte de esos movimientos también, yo creo que cuando decides  ser activista, de alguna manera sabes que hay mucho, mucho que dar y en ese sentido mucho placer también, sentir que estás logrando o aportando más bien un granito de arena a una transformación de este sistema y una transformación colectiva

Cecibel: Quiérase o no, andar en las luchas nos cargamos y nos enfermamos y llega un momento en que toda esa carga que traemos de atrás y la mezclamos con el dolor de otra mujer, porque esa es nuestra lucha, ayudar a otra mujer que está viviendo violencia, que salga de ahí

Danelly: Sentí la necesidad de venir a restablecerme porque los defensores y las defensoras somos muy determinados y determinadas, pero en esa determinación muchas veces, también, no creamos mecanismos de afrontamiento que permitan manejar las emociones que se presentan, sobre todo la emoción del dolor porque hay que decirlo es muy doloroso lo que nos toca vivir en los territorios diariamente y esto empieza a cargarnos emocionalmente, empieza a doler mucho y empezamos a somatizarlo con enfermedades continuas que ya se vuelven como si fueran parte de nuestra vida las enfermedades, dolores, somatizamos como falta de sueño…bueno. Y yo estaba en este proceso también, proceso sobre todo de manejo del miedo, por todas las amenazas que he vivido, el cansancio emocional y decidí venir aquí a restablecerme porque es parte de quitar los estereotipos que hay de la mujer lideresa. Esos estereotipos están que somos guerreras que somos fuertes, que somos luchadoras, que no tenemos miedos y en parte sí somos fuertes, pero la fortaleza no significa no tener miedo, ni no llorar, ni no sentir dolor, ni no enfermarnos, esa no es la fortaleza, hay una fortaleza más espiritual que nos mueve en la lucha. Pero sí nos cansamos y sentimos miedo, sí nos duele y aquí en la Serena parte de lo hacemos es eso, esculcar esa parte humana, quitarnos ese vestido de defensoras, de super defensoras, de mujeres maravilla, para estar aquí y entender que el dolor, el miedo, todas esas emociones quizás no tan positivas o dolorosas que podamos sentir pues son válidas

Maytik: Somos territorio-cuerpo-tierra. En el territorio las montañas excavadas, los ríos represados, la tierra envenenada. En el cuerpo los pulmones saturados de co2, la sangre con mercurio, los nervios de punta. Las defensoras luchan por cuidar la tierra que sangra y en el proceso son tierra. El cuerpo como primer territorio necesita descanso, atención y refugio. 

Ana María:¿Cómo te imaginas? o ¿Cómo has soñado estar en un espacio en el que te sientas bien? Entonces en su aspecto ¿Cómo te gustaría que fuera la casa, qué tipo de casa te imaginas, cómo serían los alrededores de esa casa? ¿Cómo serían los elementos fundamentales que tendría que tener la casa para que tú te sintieras acogida?

¿Qué tipo de atención requerirías? o sea ¿te imaginas una casa en donde nada más tú vayas o donde haya otras mujeres al mismo tiempo? 

Hace diez años estábamos preguntándonos muchas organizaciones qué estaba pasando con esta violencia que estaba creciendo contra las defensoras y llegamos a un encuentro a reflexionar. Pero ahí nos dimos cuenta que sí había una parte de reflexión política importante, de análisis, de estrategia. Pero había una vibra, una preocupación, un sentimiento de que estábamos cansadas, enojadas, tristes y nos sentíamos impotentes y había como mucho desgaste, las compañeras decían que se estaban enfermando mucho, que no podían dormir, que estaban asustadas, que se sentían con furia dentro de sí. Y pues empezamos a indagar. Bueno era evidente que la violencia está provocando esto y que había que hacer cosas, había que darle un espacio visible a esto que está oculto. 

No hay una cultura de hablar de nuestras emociones, ni de lo que estamos sintiendo porque sentimos que eso es vulnerarnos y romper con esa creencia, pues ha costado mucho ¿no? De que podamos entre nosotras trabajar y ver nuestras dolencias o nuestras formas de curarnos colectivamente me parece que fue haciendo necesario crear un espacio como este. Es un espacio exploratorio, es un espacio abierto para acompañarnos juntas, de darnos cuenta, de transformar prácticas y de podernos ir sanando pues todas juntas.

Nosotras hablamos de un activismo gozoso, de un activismo saludable, de un activismo potente, de un activismo que no, en el que no dejes ahí la vida, si no más bien que te nutra la  vida y que tú nutras a otras, y eso, es algo  que se construye también, que se construye desde, desde el pensamiento, pero desde la práctica diaria con otras, entonces salir con un plan que te permita no cambiar la vida, porque eso pues seria un engaño verdad, o sea la vida es nuestra  vida, si no resignificar, resignificar y soltar, resignificar lo que quieres tener y lo que no te sirve ya y caminar  con otras para fortalecer los movimientos, eso es casa La serena o eso busca: detonar procesos.

Daniela: Las compañeras de la IMD desde sus resistencias y dolores han tenido la sensibilidad e intuición de comprender que, al igual que la violencia patriarcal es transversal, la defensa de la vida abarca distintos planos y niveles. Partir del hecho de que las agresiones que sufren las compañeras por su trabajo tienen un componente de género es crucial para poner en práctica la Protección Integral Feminista (PIF). La PIF se articula en tres componentes: la seguridad física, la seguridad digital y el autocuidado, cuidado colectivo y sanación.

Ana María: Nosotras hablamos de 5 dimensiones que se aplican a todas las cosas que hacemos. Cómo atender la dimensión física, es decir, todo aquello que se nos aloja en el cuerpo visiblemente, nuestros músculos, nuestros órganos, cómo están nuestros procesos de equilibrio de salud/enfermedad, que se llama. Cómo no se nos queda alojado en el cuerpo las emociones no expresadas o tal, ¿no? Luego hay otra dimensión emocional que tiene que ver con cómo acercarnos herramientas y también procesos de desahogo y de descarga emocional que nos permita no acumular todas las tensiones y los impactos emocionales de duelos, de tristezas, de enojos, es decir, cómo poder potenciar y convertir en resilientes mujeres resilientes ¿no?

En procesos espirituales decimos que nuestra región es muy rica en tradiciones y en ritualidades que nos conectan con la vida, con el pertenecer a una energía universal de vida, de honrar la naturaleza, todos los símbolos que nos permiten pervivir aún y a pesar de la violencia estructural y patriarcal. La dimensión mental, que es todo aquello que tiene que ver con transformar creencias e ideas que obstaculizan nuestro desarrollo, nuestro liderazgo, que nos impiden a veces poner límites, por ejemplo, una creencia muy cotidiana en las defensoras es que estamos disponibles siempre para todo y para todos o que no podemos poner un límite porque nos van a decir que somos malas personas. Entonces son creencias que nos han obstaculizado nuestro propio bienestar. 

Entonces ir transformando mentalmente esas creencias y convertir el activismo en un activismo equilibrado y mucho más placentero ¿no? y hay otra dimensión que es la dimensión energética. Y que bueno, que cuando hablamos de la energía pues es esta, esta disposición hacia la vida o que te permite muchas veces jalar a la energía de muerte. Estos sistemas depredadores lo que nos buscan conectar es justo con el arrancar, el depredar, el matar, el dañar y creo que muchas veces estamos en esa energía. Porque estamos contagiadas de esto, ¿no? Entonces es como ir renovando y conectándonos con otras formas de energía muy pegadas a florecer de nueva cuenta, a reapropiarnos de ese regalo que la naturaleza y la vida nos da. 

Leslie: Es muy importante para mí quizás uno de los mayores reconocimientos que yo tengo de La serena es cómo equilibrarte tanto tu mente como tu espíritu y tu físico.  Ya que consideramos que cada uno de los planos, bueno yo así lo veía, mi área espiritual la veía muy aparte, mi área física la iba a ver al médico, mi área inteligente, emocional inteligente la veía conmigo misma, en los libros, llenándome de conocimientos. Pero todo va conectado.  

Cecibel: Aquí logré como identificarme por qué mi energía era así y por qué soy así. o como reconocerme, aceptarme que todas somos únicas y hay que aprovechar eso ser único para poder ponerlo en práctica hacia los demás. Me han ido explicando paso por paso y que también he estado enferma porque me había descuidado, pues verdad, había dejado cargarme de energías negativas de otras personas y que yo no me había dado cuenta. Pero aquí nos dan la oportunidad de ser débiles, de decir sí necesito ayuda. 

Nallely: Nosotras decimos que obviamente cuando las compañeras llegan a casa la Serena, no llegan a conocer el tema del autocuidado, cuidado colectivo y sanación, si no más bien ya traen una serie ellas de herramientas de prácticas, de reflexiones, que las han traído a este espacio, que es una parte en su caminar ¿no?

Ana María:  Para sobrevivir, estamos todo el tiempo haciendo cosas de cuidado propio, pero es casi que automático. No tiene un lugar de reconocimiento, se hace permanentemente desde que eres pequeñito, pequeñita, pues te cuidan de alguna manera para que puedas, como dicen en mi pueblo, para que te logres ¿no? Cuando ya pasa un cierto tiempo dices: “está logradita”, quiere decir sobrevivió y yo creo que permanentemente nos estamos logrando en ese sentido  de sobrevivencia y eso no es más que el resultado de un conjunto de formas diversas de cuidados que no son nombradas, que no son reconocidas, en un mundo además que cada vez más invisibiliza los procesos. Este mundo tan a prisa, borra incluso el tiempo o la noción del tiempo, ya no importa el proceso, a veces  ni siquiera el resultado si no lo que viene después, ya hay que saltar de una cosas a otra. Entonces  todo lo que tiene que ver con procesos, con procesos pausados,con procesos digeridos y tal, son cosas que son importantes reflexionar en el marco de los cuidados, entonces para  mí lo primero que he descubierto es que es importante honrar agradecer, reconocer, darle un espacio, en los círculos  de mujeres, en las talleres, en las conversas, en los programas de radio, en los afiches, en todas partes que las personas sobrevivimos  porque  nos cuidamos de muchas formas. 

Nallely: cada vez hay más acercamiento al tema del autocuidado a partir del reconocimiento de que nos ayuda  a evitar precisamente, llegar a vivir ese tipo de riesgos. El auto cuidado no está de ninguna manera desligado del tema de la seguridad ¿no?. Al contrario, mientras más descansadas estamos, mientras más nos procuramos los alimentos a las horas que corresponden según el lugar, mientras mejor comunicación tenemos al interior de nuestros equipos, mientras mejor podemos dirimir los conflictos en nuestras  organizaciones, en esa medida  también podemos estar más alertas a los incidentes , a los indicadores  de que algo puede pasar, y hacerle frente 

Paisaje sonoro: Canción sin miedo de Vivir Quintana- Protesta de colectivas migrantes en Barcelona

Ana María: y tiene una trascendencia política porque si nuestros movimientos  están debilitados, pues favorecemos a quienes están depredando este mundo no? entonces hemos incorporado durante los últimos años los procesos de sanación porque sanar, tiene un antes, sanar quiere decir que hay heridas, sanar quiere decir que existe ese dolor, esos agravios, hay un  reconocimiento a que eso está presente a que generó impactos y que tenemos derecho a sanar, tenemos derecho a recobrar la memoria, a reparar los daños y como sanar como un proceso también de transformación de ese dolor, en fortaleza, y eso lo hacemos, pues yo diría que a lo largo de nuestra vida ¿no? 

Poner el cuidado en el centro, es generar una respuesta totalmente distinta a esos modelos

Itzel: Cuando llegan aquí son rostros que tienen rasgos de tristeza a lo mejor de dolor, muchas de miedo tal vez, y queremos justo como tenemos planeado tener una fotografía de ellas cuando lleguen y cuando salen, cada día va transformándose. Cada día es distinto, cada día una lágrima, una sonrisa, un estar en silencio, una carcajada, una palabra las cambia totalmente. Y creo que este espacio, esta casa es un respiro, un respiro bien necesario para todas ellas, para la humanidad misma, para el poder de ser mujeres desde otros lugares y construir como políticas más amorosas, más flexibles, más cuidadoras de las otras personas con los límites, pero también de nosotras mismas. La importancia de saber decir no en el momento indicado es importante también para seguir creciendo los movimientos. 

Cecibel: Yo creo que a mí lo que más me ha conmovido aquí de La Serena es la entrega de cada una de las compañeras que nos han recibido. Porque esa entrega, es un amor sincero, se siente, se siente ese amor sincero de apapacharte, de mimarte, de hacerte sentir que tenés derecho a eso pues.

Leslie: Son únicos cada uno de los momentos, logras conectarte con tu otra compañera, sentir su dolor, ver que no eres la única que está mal o que está cargada, sino que es eso de ayudarnos a sanar unas con las otras sin importar el conocimiento que tengamos de la espiritualidad, sino que eso es algo intuitivo y tú lo vas sintiendo. 

 Maytik: La resiliencia es la capacidad que tiene un sistema o un individuo para reponerse a perturbaciones, dolores y traumas. Es fundamental para la sobrevivencia pues es nuestra capacidad de adaptación a experiencias adversas. Ser resiliente en un sistema que es violento nos habla de nuestra capacidad de resistir y de la necesidad de transformar de raíz ese sistema que nos oprime. 

Ana María:  “A ver esas de la sanación que vengan a hacerse un ritualito”. Hace poco escuchábamos a unas compañeras, que decían eso: “esas del grupo de autocuidado que hagan un ritualito para que ya empecemos con el análisis”. Bueno yo creo  que eso es parte de insistir resistir y persistir, o sea creo que eso es parte también como, como de los procesos en los que poco a poco vamos legitimando el tema: hay muchísima resistencia porque no se le ha dado un reconocimiento y por eso insistimos tanto en lo político ¿no?.  En decir esto también es político, esto nos pone al límite. Las defensoras, muchas de las defensoras que estamos perdiendo, las estamos perdiendo por ataques de los poderes fácticos y de el estado, una  buena parte sí, pero una buena parte de las defensoras que dejan la labor  de defensa, que mueren también, están sus muertes o sus retiros, pues tienen que ver con problemas relacionados con ese desgaste acumulado con la salud, con esas  violencias invisibilizadas, que no las atendimos, que no reconocimos. Entonces creo que hay un reto siempre de legitimar el tema como algo  que nos toca a todas, a todos, a todes, ¿no?. Que tenemos que luchar contra  esa idea de, decía yo de la experticia, porque, porque al final todas, todas de alguna manera, tenemos medidas y  formas de cuidarnos, y cada quién como hemos dicho, cada quién, y cada organización, y cada comunidad necesita cosas diferentes, pero lo que es cierto es que siempre está presente ¿no?

Nallely:  yo creo que el auto cuidado también es una estrategia liberadora en ese sentido ¿no? que nos permite ir a tocar nuestro corazón, ir a tocar nuestra  vulnerabilidad, ir a tocar nuestro dolor, sin sentir que eso nos debilita, si no para sentirnos abrazadas por las otras y eso nos, nos  devuelve con más fuerza a nuestros movimientos nos devuelve  con más fuerza también a nuestros contextos más cercanos  como a nuestra familia, nuestra comunidad, y nos devuelve  también con la certeza de que no estamos solas ¿no? de que  podemos trascender ese dolor como en compañía de las otras mujeres. 

Daniela: Ana Maria y Nallely nos comparten un último mensaje para las defensoras y comunidades en territorio  

Ana María:  En donde más se generan procesos de sanación y recetas y remedios y metáforas, pues es en las comunidades, en los comunitario ¿no? Entonces una buena parte de mi trabajo de agradecimiento es hacia allá, entonces sí nos están escuchando mujeres en las comunidades: busquen las historias de sus comunidades, busquen efectivamente a la gente caracterizada, acá decimos en Oaxaca, la gente que sabe, que sabe de dónde se plantó esa planta, para qué sirve, cuáles son los rituales que se hacen cuando la comunidad enferma porque  ahí hay la riqueza de nuestro pueblos, y yo creo que mucho avanzaríamos si, si honramos ese conocimiento, entonces un apapacho especial para esas comunidades esas mujeres que están allí 

Nallely: Yo creo que es muy importante, agradecer lo que otras personas nos han dado, para llegar hasta aquí ¿no? y poder  seguir viviendo en estos tiempos tan, tan convulsos ¿no? y aún con toda esa dificultad poder seguir  sonriendo y habitando este mundo que con toda y su complejidad, pues sigue siendo maravilloso ¿no? la segunda palabra para mí sería como  reconocer, reconocer las sabidurías de otras personas y también reconocer nuestra propia sabiduría y nuestra propia intuición y nuestra propia necesidad y en esa medida  del reconocimiento creo que es muy importante que podamos aprender, aprender de las otras, aprender de nosotras mismas, de nuestra experiencia de vida, y por supuesto compartir lo que, lo que estamos aprendiendo para ser generosas yo creo que siempre nos ayudará  a también sanarnos y también sanar a otras personas. A veces pensamos que no sabemos lo suficiente, que no tenemos las herramientas necesarias, pero yo creo que a veces nuestra  sola presencia con la intención de estar ahí, está ayudando a otras personas. En todas partes hay una, hay una resistencia y hay una lucha por la sanación y por re-existir en este mundo.

Créditos 

Maytik: Gracias a Danelly Estupiñán – Proceso de Comunidades Negras en Colombia, Cecybel Roldán y Leslie Ramírez – Akelarre feminista y red de defensoras de El Salvador , Ana María Hernandez, Nallely Tello e Itzel Guzman- Consorcio Parlamentario por la Equidad Oaxaca y Casa La Serena por sus palabras de consejo y guianza para este episodio. 

Agradecemos el audio de la  acción convocada por colectivas feministas migrantes de Barcelona que cantan la canción sin miedo de Vivir Quintana.

Es luna llena y estamos profundamente honradas de cerrar este primer ciclo de Radio Savia. Atravesamos múltiples nacimientos para hoy sentirnos enraizadas y firmes en nuestro propósito de florecer en este proyecto de relatos del cuerpo territorio en la intersección entre el cuidado, la sanación y el activismo.

Toda nuestra admiración y gratitud con las múltiples iniciativas de cuidado y sanación del cuerpo territorio que se manifiestan en toda latinoamérica, acuerpamos sus dolores, celebramos su caminar  y nos comprometemos a seguir polinizando sus relatos.  

Extendemos nuestro agradecimiento a todas las voces y músicos que compartieron su saber y su arte para la manifestación de esta primera temporada de Radio Savia. Agradecemos profundo a nuestra audiencia por su resonancia, por sus palabras de aliento y por ayudarnos a llegar a tantos territorios. 

Como la luna que mengua vamos hibernar un rato honrando la celebración y el descanso. Escucharan de nosotras pronto, en el gestar de los siguientes pasos. Mientras tanto les pedimos un favor! Queremos que la primera temporada llegue a más territorios y estamos buscando contactar con Radios Comunitarias interesadas en transmitir los episodios. Si tienen ideas les agradecemos el contacto en nuestras redes sociales, estamos como radio_savia en instagram, twitter y facebook y como Radio Savia en Youtube. También nos pueden encontrar en radiosavia@gmail.com 

Este episodio y toda la temporada de Radio Savia fue editado y producido por Daniela Fontaine y por mi, Maytik Avirama. La edición y el diseño sonoro son de Carlos Castañeda y las transcripciones de Sofia Diaz Bejarano.

Felices cosechas y hasta muy pronto!


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