
- Guion: Daniela Fontaine, Frida Chiu y Maytik Avirama
- Diseño sonoro: Carlos Castañeda y Maytik Avirama
- Producción musical: Pedro Ocampo y Carlos Castañeda
- Portada: Daniela Fontaine y Sebastián Giraldo
- Producción: Luz Estrello
- Asesoría vocal: Gabriela Guraieb
- Comunicación y redes sociales: Santiago Atehortúa
Este es el primer episodio de la tercera temporada.
Recomendamos escucharlo con audífonos para poder sumergirse en la experiencia sonora.
En este episodio hablamos con la Nana Makuna Mawé un día 7 Aj. La Nana Maku es ajq’ijab del pueblo maya Kakchiquel y nos comparte su palabra de consejo y guianza en torno al orden y al tiempo, a los cuidados y la reciprocidad para el equilibrio en nuestros cuerpos-territorios.
TRANSCRIPCIÓN
Audio – Cortina
Nana Maku: La principal tarea de nosotros como ajq’ijab es el orden. Sí, mantener el orden. ¿Y cuál es el orden? ¿Y qué es el orden? El orden es respetar todo lo que tiene padre y todo lo que tiene madre. El orden es hacer cumplir la misión de cada cosa, cada ser que ha nacido, que siente que tiene padre y que tiene madre, que tiene propósito. El orden es no quitar nada. Al contrario, es sumar, sumar, sumar.
Maytik: Este es el primer episodio de la tercera temporada y empezamos tejiendo con el orden y el tiempo. El orden, porque atravesamos momentos de desconexión y ruptura colectiva con los patrones de la red de la vida. Y el tiempo, porque habitamos tiempos múltiples y complejos, y se nos ha impuesto una forma de entenderlo en línea recta y hacia adelante cuando en realidad sabemos, en nuestros cuerpos, que el tiempo espiralea. Buscamos palabra de consejo para re-equilibrar nuestro rol humano en la geometría de un tejido más amplio. Hay formas de habitar los tiempos cuyo propósito no es sólo aumentar la producción, sino más bien atender a la reciprocidad, a honrar los tiempos sutiles singulares y también colectivos. Hay formas de habitar los tiempos que nos invitan a tejernos con el orden de la red de la vida, con el equilibrio de las aguas, de nuestras relaciones y de nuestros cuerpos. Y es justo ese balance relacional lo que estamos intencionando en esta temporada. En este episodio hablamos con la Nana Makuna Mawé un día 7 Aj. La Nana Maku es ajq’ijab del pueblo maya Kakchiquel y nos comparte su palabra de consejo y guianza en torno al orden y al tiempo, a los cuidados y la reciprocidad para el equilibrio en nuestros cuerpos-territorios. Les dejamos con la Nana Maku.
Nana Maku: Pues primero que nada, pidiendo permiso, ¿verdad? Al Ajaw Aj que nos acompaña hoy. Que nos dé la palabra florida, la palabra limpia; que toda persona que escuche esto, su sagrado presente esté conectado, esté firme, esté abierto para recibir lo que sea que hoy vamos a compartir. Yo soy Nana Makuna Mawé, soy una ajq’ij. Los ajq’ij somos… pues contamos el tiempo. Contamos y ordenamos el tiempo. Mi tradición es maya Kaqchiquel. Esa es la herencia que me han dejado mis abuelos. Si bien me ha tocado caminar muchos caminos del mundo maya, porque somos muchos, mi herencia cultural es el mundo kaqchiquel, es por quien sostengo el pensamiento y el ordenamiento y el cuidado de la tradición.
Nosotros entregamos nuestra vida al servicio del Alom, del Qaholom, del Tzakol y del Bitol. Es decir, de la gran madre, del gran padre, de la gran madre arquitecta y del gran padre arquitecto. Esto implica que toda nuestra vida está puesta en escuchar la esencia de las cosas. El tiempo para nosotros no es algo numérico. Los números como tal son abuelos, así como el nahual E, ¿verdad? O el nahual Aj o el nahual I’x. Decimos bueno, nawal I’x, son las montañas, es la mujer, es la madre dos veces madre, dos veces abuela. Nahual I’x es el gran jaguar, la jaguara, que custodia las cuatro direcciones. Y le damos cualidades físicas, humanas, que podamos comprender para entonces poderla cuidar. Porque el limitante del ser humano es que, para poder creer y dejar que la divinidad lo atraviese, necesita sentir a la divinidad como algo conocido. Necesita ponerle cara, rostro, forma para entonces recibirle. Pero entonces, ¿qué pasa? Así como estos nahuales tienen rostro y pensamiento, también para nosotros los nominales, o sea, los números, tienen rostro y pensamiento, ¿sí? Entonces, muchas veces cuando decimos somos, contamos el tiempo, somos contadores y contadoras del tiempo maya… creemos que estamos haciendo cuentas matemáticas, pero nosotros estamos haciendo cuentas de la esencia, ¿sí? Contamos la esencia del tiempo.
Daniela: El calendario maya es un sistema antiguo donde coexisten distintos ciclos temporales. En el corazón de esta sabiduría del tiempo está el calendario sagrado Tzolkin, un engranaje cósmico de 260 días únicos que nace de la danza entre dos elementos fundamentales: las 20 esencias sagradas, conocidas como nahuales, que se entrelazan con la sucesión de 13 numerales o energías. Para darles un ejemplo concreto: el día que grabamos este episodio era el día del nahual Aj con la energía 7, el día anterior era 6 E, y el día siguiente 8 I’x. Esta secuencia no es casual; cada número, cada nahual, tiene un propósito y un lugar específico en el gran tejido del tiempo. Retomar este orden significa reconocer que nosotros también formamos parte de este gran calendario viviente. Y cada día nos invita a atender aspectos particulares y específicos del orden cósmico.
Nana Maku: Bueno, para nosotros la vida es una espiral. No vemos el tiempo como un pasado-presente-futuro, sino como un estado de espiral que se encuentra cada vez que se completan sus partes. Uno es sabio en un momento y muy bruto en el siguiente momento, y luego es sabio, y luego es muy bruto de nuevo… porque tú necesitas ser sabio arriba, pero que el ego o la importancia de tu ser no gane. Y entonces, para recordarte que esa importancia no gane, la misma vida, el mismo cosmos, el mismo ajaw te va a mandar a ser ignorante de nuevo. Y luego vuelves a ser sabio, y luego vuelves a ser ignorante para preservar la humildad, vas como el kukumatz: vas subiendo, bajando, subiendo, bajando, subiendo, bajando, subiendo, bajando. Y asimismo entendemos la vida. No es un pasado, no es un presente, no es un futuro. El único que sí está constante, pues es este sagrado presente, pero él contiene todos los giros, él contiene todas las partes. Es lo que somos ahora aquí. Y lo único garantizado es esto. Lo que está pasando ahora hay que abrirlo para entender de dónde viene, dónde se empezó a tejer.
Entonces, al contar la esencia del tiempo, decimos ah, tú estás emproblemado hoy. Pero ese problema no se gestó hoy. Ese problema viene caminando. El nahual viene caminando de muchos soles atrás, de muchas lunas atrás, de muchas estrellas atrás. Tú tal vez hiciste cosas cuando eras muy pequeño, cuando tenías 13, 14 años que hoy, cuando tienes 30, 40, 50, apenas están llegando a su madurez. Entonces, como ajq’ij, lo que hacemos es leer la esencia de ese problema, crear como una cápsula de tiempo en nuestros pagamentos, en nuestros fuegos, para entonces irnos hasta aquel lugar y entonces hacer una revisión completa, y decir: “Ah, acá es donde se desordenó, acá es donde empezó el conflicto. Y esto está afectando 20, 30 años después”. A veces puedes afectar desde los abuelos, desde tus ancestros, desde tus bisabuelos. Entonces, como ajq’ij, decimos la esencia del tiempo como tal, es la vida misma que el hombre va caminando con su pensamiento. Entonces nos dan los permisos, las energías, las esencias, de decir sí: “sí, te permito soltarle, sí te permito desatarle, sí te permito encaminarle”, porque realmente no corresponde a su camino atravesar esas formas, sus formas son distintas. Entonces, ser guardianes del tiempo implica ser guardianes del ordenamiento, es decir, que todo esté en su lugar. Que todo esté como corresponde, que la sumatoria de las partes -hablando, de nuevo, repito- en pensamiento, en esencia, corresponda. Si algo se desordena en mi territorio, es mi obligación, mi honor, mi dignidad ante Ajaw, hincarme y preguntar: ¿qué puedo hacer para que no sufra la vida? ¿Qué puedo hacer para que no sufra el cosmos? Ese es nuestro trabajo. Esa es nuestra obligación. Eso es para lo que nacimos, porque nacemos para hacerlo.Eso es para lo que nacimos ajq’ijab, para cuidar de la vida, del bienestar.
Maytik: La Nana Maku nos recuerda que el bienestar y la espiritualidad se sostienen todos los días en nuestras acciones, en lo sutil, y en lo cotidiano. Cuidar de nuestros pensamientos, de nuestros vínculos, de nuestra palabra, es cuidar de la red de la vida. ¿Cómo cultivan el bienestar en su cotidianidad?
Nana Maku: Es muy lindo porque aquí cuando te saludas en las mañanas y escuchas a las abuelas y los abuelos que se saludan, y se preguntan: “hola, buenos días, ¿cómo estás? Bien, ¿cómo estás? Bien, qué bueno que nos estamos viendo de nuevo, qué bueno que nos estamos viendo de nuevo. Qué bueno que nos estamos viendo de nuevo.” No hay mal. Nunca se contesta “mal”. Siempre es utz, utz, utz maltiox. Siempre es “bien, gracias”. Bien, bendecido. Bien, agradecido. ¿Por qué? Porque para nosotros es el pagamento diario, el toj diario, el xukulem diario, es para que podamos garantizar ese bienestar. Que estemos bien, que todo lo que tomo, lo devuelvo, que no tomo de más, pero sí puedo devolver de más, pero tampoco en gran medida, porque si no se malacostumbra la esencia. Tiene que haber ida y vuelta. Siempre tiene que haber ida y vuelta. Si yo te cuido, tú me cuidas. Si yo te preservo, tú me preservas. Si tú me nutres, yo te nutro. Sin ida y vuelta, no hay bienestar. Sin ida y vuelta, no hay trato. Sin ida y vuelta, no hay salud. Sin ida y vuelta, no hay abundancia, es ida y vuelta. No tomo más de lo que debo tomar y devuelvo, es una regla. Para nosotros, es la regla de tres. Es la ceremonia por el permiso para poder ir y pagar; la ceremonia del pagamento; y la ceremonia de gratitud, por lo que nos han entregado. Ida y vuelta.
Daniela: El pagamento es la ofrenda, lo que devolvemos en gratitud y reciprocidad. En Radio Savia, le ofrendamos a las aguas, a las plantas, a los hongos, a la montañas, a los encuentros, a las relaciones, a los portales de vida-muerte, a los caminos, a las semillas, a las energías y a las personas guardianas de los territorios. Les ofrendamos en nuestra cotidianidad, con nuestra atención y con nuestro hacer.
Nana Maku: Yo estoy orando en México. O sea, sostengo los altares en México. Entonces es difícil, ¿verdad? Como heredera de la tradición, tener que… nosotros en México, no podemos entrar a ofrendar con la libertad que se entra en Guatemala. No podemos hacer los pagamentos con esta libertad. Entonces, de las primeras veces que ofrendé ya como un ajq’ij, sosteniendo con vara, con la autoridad, aquí en Iximché, con mi nana, pues fue un impacto para mí. Había un contraste de emociones, como sentirme muy alegre por poder hacer el pagamento a nuestros abuelos, pero a su vez sentir un poco de frustración de decir: “Híjole, nosotros en México, si yo quiero ir y poner un quemado en Chichen Itzá no puedo; si quiero ir a Tulum, a poner un quemado no puedo; si quiero en Cobá o en Palenque, no se puede”. No tenemos lugar como sacerdotes, como guías espirituales mayas. No tenemos lugar para poder hacer nuestros pagamentos. Entonces tenemos que hacer nuestros pagamentos, en otros lugares, ¿verdad? Porque tenemos muchos cerros, tenemos muchos altares, muchas mesas donde podemos hacerlo, pero siempre la casa de nuestros abuelos es importante. Siempre la casa de nuestros abuelos es el corazón, es donde está el hilo principal, el ombligo, y nos parece increíble que no podamos hacerlo, pero el turista sí puede entrar. Es como que nuestros altares están dados al turismo. Y la espiritualidad no, y la herencia cultural no. Entonces son muy contados los lugares y con mucho permiso y fechas específicas en las que puedes entrar a hacer un pagamento que no debe ser ni llamativo, ni ostentoso, como muy cuidado. Tienes a tres, cuatro de seguridad viéndote alrededor, entonces no hay la libertad de ejercer la espiritualidad. O sea, si pudiéramos ofrendar y hacer pagamentos en la casa de nuestros abuelos, la verdad es que creo que el ordenamiento sería mucho más fácil para todos. Y el sufrimiento, sobre todo la pobreza, la carencia, la violencia y la matanza estaría mucho más minimizada, ¿sí? Porque estaríamos haciendo las devoluciones que corresponden.
Nana Maku: Entonces todas nuestras energías se van pagando, uno a uno. Pagamos por el arte, por la expresión, por la danza, por la música, por los instrumentos musicales, por la poesía. Pues sabemos que la única forma en la que el hombre no miente, es a través de la poesía. Por la escritura. Pagamos pues, por nuestros caminos, por lo que hacemos, por lo que somos, por nuestros caminos espirituales. Tejemos y recogemos todos los caminos que hacemos de un territorio a otro. Nos cuidamos en los caminos mutuamente para poder llegar a hacer esos pagamentos, para que no tengamos accidentes y lo hacemos por el mundo también, ¿verdad? Toda la gente que se nos acerca que va a viajar, que se va a mover, nosotros empezamos ahí, ¿verdad? A hacer los pagos para que esa persona pueda llegar con bien hasta allá y pueda regresar. Si es un colectivo, si es un país, si es todo un proyecto, no importa, todos tienen un camino. Entonces. Todos hay que pagar. Así también, por la familia, por la madre tierra, por el cielo, por los que han muerto, por los que están enfermos. Por los estudiantes, por los científicos, por la gente que es muy mental, ¿verdad? Como los científicos, los matemáticos, que quieren tener todo explicado, y visto y comprobado; nosotros también oramos por ellos, también para que su pensamiento sea bueno, para que puedan aprender sobre los idiomas, para que puedan aprender sobre las ciencias. Oramos todo. Oramos por la ciencia también, para que la ciencia sea bien desarrollada y sea en beneficio de la evolución de la humanidad y no castigue la vida. Oramos, por la abundancia, por el dinero, por el intercambio, por lo que representa cambiar nuestra vida y nuestra energía vital por unos cuantos pedazos de papel y de metal. Porque en algún momento nació esa idea que nuestra energía vital era válida de intercambiarse de esa forma. Pues, bueno, oramos porque eso también siga teniendo su orden, porque no haya abusos, ambición, lucro sobre las cosas, sobre las plantas, sobre las medicinas, sobre los saberes. Oramos también por las aguas, por el cerebro, por el pensamiento, por la inteligencia emocional. Por todos los vientos que nos atraviesan, que son nuestros pensamientos, por la claridad. Porque no haya guerra, porque haya inteligencia para poder salir de los procesos de guerra. Porque no avance ni la mentira, ni el chisme, ni la calumnia, ni la mala palabra puesta. Oramos por el útero de la mujer, por los colectivos de las mujeres, por los grandes úteros, por los úteros viejos, por los úteros antiguos, por la lluvia. Por la claridad, por la aurora, por el atardecer, por los sueños. Por tejernos desde los sueños. Por la energía sexual y el uso de la misma, por la muerte misma, por los altares en todo su esplendor. Por la energía de la humildad, por la energía de las semillas, por la energía de la nutrición, por la energía del alimento, por la energía de los pagamentos, para que no se detengan en ninguna parte del sagrado cosmos, por el sagrado fuego para que nos siga acompañando. Por las leyes, tanto espirituales como materiales. Por todo eso, por todo eso, oramos y por todo eso hacemos pagamentos. Si una de esas energías se nos llega a mover, tenemos que ir y hacer un replanteamiento y volver a contar, y volver a contar, y volver a contar hasta que logramos bajar la matemática perfecta, que es la que está pidiendo el Ajaw; y por perfecto no me refiero a que haya un número en específico, sino que sea lo que beneficia al mayor número de seres sintientes, y minimiza el sufrimiento de eso en específico que estamos pagando.
Daniela: ¿Qué nuevos patrones de lluvia estamos observando? ¿Cómo se están adaptando las comunidades a las sequías? ¿Qué implica el agua desbordada?
Maytik: En los ritmos de las aguas podemos percibir las señales de transformación de la tierra, cambios que aunque naturales, van a un ritmo acelerado en los últimos tiempos. Estos cambios no están llegando de la misma forma a todos los territorios, suelen ser los menos responsables de este desbalance quienes viven primero, y de forma más drástica, sus consecuencias.
Daniela: Imaginen por un momento esta sorprendente conexión: el deshielo de Groenlandia está relacionado con las inundaciones del territorio mexicano, estando a más de 5,000 kilómetros de distancia. O la relación entre los incendios de la Amazonía, la disminución de los ríos voladores y el derretimiento de los glaciares en el Tibet. Entendiendo estos vínculos a gran escala, podemos también imaginar posibilidades de acción local coordinada.
Maytik: Cada desafío hídrico que enfrentamos, cada río que cambia su curso, nos está enseñando a reimaginar nuestras relaciones con el agua y con la tierra. Vivimos en un planeta interconectado, donde cada acción puede generar ondas de cambio en lugares que ni siquiera conocemos.
Nana Maku: Si una montaña se rompió, se explotó, se dinamitó, entonces es algo que se ha hecho y que no nos escuchan, pero entonces corresponde ir a hacer los pagos para restaurar esa energía de esa madre, y encontrar la correspondencia de esa madre para hacer el pagamento también de esa madre, para poderle entregar su toj. Así le llamamos nosotros es toj. Entonces entregarle el toj que es pago. O sea, la traducción de maya español es pago. Entonces entregarle el toj a esa tierra para que en la familia, la comunidad que vive abajo no empiece a tener enfermedades. No empiece a tener matanza, violencia. Me explico: La gente no es consciente que cuando nosotros tocamos esos altares, esos padres y madres cerros; los que viven abajo van a sufrir el daño y los que están conectados en el mundo, porque un cerro que está aquí en Guatemala puede tener su otro lado en Ecuador. O puede tener su otro lado en Colombia. O puede tener su otro lado en Ciudad de México. O lo puede tener en Bali. O sea, no sabemos, tenemos que revisar esos hilos y donde sea que esté conectado, lo que hemos hecho acá y hemos desequilibrado, va a afectar en ambos lados. Va a afectar en ambos lugares y todo lo que esté en el medio de ellos se va a secar. Pues desde nuestra espiritualidad, decimos un padre es cerro, está casado con una madre montaña. Entonces cuando ellos se pelean, cuando ellos se desconectan, todo lo que está en el camino de sus venas, de su corazón, se seca. Ya eso ya no da vida. Ya eso se lastima. Entonces, a veces pasa en escenarios muy cortos. Tienes una montaña enfrente y están encontradas, entonces, el pueblo que normalmente cultivaba en medio después de que uno de ellos es lastimado, se seca, ya no crece la verdura, no crecen las plantas, se secan los manantiales. Y ahí, bueno, es un orden que podemos restaurar rápidamente porque estamos viendo que esta es la montaña dañada y esta es la correspondencia, ¿verdad? Pero, ¿qué pasa cuando la montaña dañada está aquí, por ejemplo, en Tecpán y la correspondencia está en Costa Rica? Entonces ahí hay un largo camino, un largo hilo de volver a conectar, de volver a tejer, de volver a dar fuerza. Y ahí también entran otras leyes, porque los bribris que están en Costa Rica, cuidan de otra forma. Entonces, tú como ajq’ij, tienes que ir a hacer alianzas y decirles: “Mira en mi cerro, pasó esto entonces vamos a hacer consultas. Entonces ustedes revisen pues sus envoltorios, nosotros revisamos los nuestros y entendamos con qué vamos a pagar porque ustedes pagan con una cosa y nosotros pagamos con otra cosa”. Entonces, ahí es donde entra la unificación de los vientos, de los pensamientos de los pueblos indígenas para restaurar a la madre. Todo eso a grandes rasgos, podríamos decir que es parte de la espiritualidad, porque definir la espiritualidad es una cosa muy amplia, pero más o menos, eso sería una pincelada, ¿verdad? Lo mismo pasa con las aguas. Lo mismo pasa con los ríos. Lo mismo pasa con los mares. Lo mismo pasa con los volcanes. Lo mismo pasa con los desiertos. Con los páramos, con los mangles. O sea, todo tiene una correspondencia, y todo tiene padre y madre. O sea, todo tiene una razón de ser y existir. Y si nosotros alteramos esa razón de ser y existir porque creemos de alguna forma que “progreso” implica romper eso o usar esos espacios sin conciencia; vamos a generar esos desequilibrios. Se van a beneficiar muy pocos, los que usen esos espacios para su progreso, pero se van afectar muchísimos otros, que no saben ni siquiera lo que se está haciendo ahí. Entonces espiritualidad es poder ver todo el tiempo en tijax, en obsidiana, en espejo de obsidiana, poder estar parado sobre ese océano de oscuridad que refleja las imperfecciones y las deficiencias de nuestro pensar, para poderlo corregir, para poderlo reordenar, para poderlo traer a la luz y volverlo a acomodar dentro de ese orden divino.
Daniela: La Nana Maku nos habló también del equilibrio entre las esencias y principios de la energía femenina y masculina. El femenino da forma y el masculino contiene la forma. También nos contó que estos están en desequilibrio, el principio femenino, muchas veces no tiene ese sostén, ese apoyo, ese contenedor para no desbordarse. Entendemos que no necesariamente se refiere a cuerpos físicos, pero hay que reconocer que los cuerpos socializados como cuerpos femeninos históricamente han asumido tareas de cuidados sistemáticamente invisibilizadas.
Nana Maku: Si nos vamos a cuerpos físicos… A ver, si tú tuviste seis hijos y tienes que atender a los seis y todos son pequeños, ¿qué tiempo te queda a ti? Para trabajarte a ti. ¿Qué tiempo te queda a ti para decir “yo quiero estudiar”? Lo que sea, “quiero aprender a tejer, quiero compartir, quiero juntarme con las otras mujeres a compartir mi viento, mi pensamiento, para nutrirme”. Si encima de tener seis niños en casa, no tengo para darles de comer y tengo que dividir una tortilla en seis pedazos. Pero si aparte de eso, tengo que tener la casa ordenada y limpia, y sacrificar la comida para cuando llegue mi marido de la milpa, o de la siembra, o de hacer los pagamentos. ¿Qué le queda a la mujer? ¿Qué le queda realmente? ¿Qué fuerza va a tener una mujer que se está sacrificando todos los días por los otros, que no tiene tiempo para pensarse a sí misma, para cultivarse a sí misma, para repensarse? ¿Qué fuerza le queda? Si se crean espacios donde las mujeres de las comunidades puedan tener tiempos libres para hablar entre ellas, para gestar entre ellas, para crear proyectos entre ellas, que de cierta forma no estén dependiendo constantemente de que el marido va a traer el sustento, ¿verdad? Entonces vamos a tener más mujeres pensándose a sí mismas con criterios propios con discernimiento, menos mujeres maltratadas, menos mujeres que dicen pues me lo tengo que aguantar. Porque, ¿a dónde me voy, si tengo seis hijos? Porque, ¿a dónde me voy si no sé escribir? Porque, ¿a dónde me voy si no estudié, si no tuve oportunidades de ser? Entonces, creo que el cuidado de la mujer hablando desde un lugar físico radica en los tiempos y en las oportunidades que ellas realmente tienen en las comunidades hoy día para hacer y pensarse a sí mismas. Creo que si no hay oportunidades, y libertad de expresión, y libertad de crecimiento, y de economía y planes de economía de mujeres líderes que han salido al mundo, han viajado y entienden, que no propiamente tienen que ser indígenas porque yo creo que indígenas somos todos en el mundo. Yo creo que todos somos hijos de la tierra y todos tenemos un abuelo milenario que nos acompaña. Así que, las mujeres que tienen la capacidad de pensarse a sí mismas, tienen que ayudar a las otras a recuperar su pensamiento, a recuperar su viento, a unir el viento, el buen viento para que entonces se puedan hacer todas juntas un buen wol, un buen kawoq, un buen útero.
Daniela: Le pedimos a la Nana Maku una palabra de consejo y guianza para las mujeres que están en procesos de cuidado y defensa del territorio. Esto fue lo que nos dijo:
Nana Maku: Ahora, con respecto a las mujeres que están enfrente, liderando todos estos movimientos, sólo les puedo decir que la lucha está dura en todos lados, que tenemos que ser fuertes, que tenemos que estar en nuestro espíritu, que tenemos que estar haciendo nuestros pagamentos. Que Ajaw padre y madre conoce nuestro corazón, conoce nuestro pensamiento, conoce nuestro andar y sabe que nuestro corazón es noble y nuestro pensamiento es noble. Y si nuestro corazón y nuestro pensamiento es noble, entonces nuestra acción es noble. Entonces, aún cuando nos quieran hacer todo el daño, cuando nos quieran cortar, cuando nos quieran bajar, cuando no nos quieran escuchar, cuando tengamos que poner la palabra firme y fuerte, el Ajaw nos va a cuidar porque conoce nuestro corazón y no va a haber daño que pueda atravesarnos, porque es la nobleza de nuestro espíritu la que nos mueve. En el momento en que nosotras dejemos que nos hagan dudar de lo que estamos haciendo: perdimos. No podemos dudar, no podemos dudar, tenemos que ir para adelante por nuestra libertad, porque es un derecho que tenemos y es un derecho de nuestros pueblos indígenas.
Nana Maku: [Rezo en maya] Que les tenga en su cuenta el Ajaw Aj en este día, desde donde nace el sol, desde donde se oculta el sol, desde donde nace el agua, desde donde nace el viento, desde el corazón del cielo y corazón de la madre tierra: que estén fuertes, sus varas, sus altares y su autoridad ahí bien puesta.
Maytik: Gracias a la nana Makuna Mawe por compartir su sabiduría con nosotras, Pueden seguirla en redes en @latido_nawal. Y esperen pronto la publicación de la entrevista completa. Estamos agradecidas por este nuevo comienzo en la espiral de nuestro hacer. Reconocemos que las crisis colectivas que atravesamos tienen su raíz en una ruptura relacional: con las aguas, con la tierra, con los múltiples tiempos que nos habitan… y en últimas, con nosotres mismes. Cuando hablamos de orden, pensamos en la respiración, en la inspiración que llena, y la expiración que vacía. Pensamos en los fractales de las aguas y en las nubes que se juntan y se dispersan. Es con esta invocación que comenzamos esta nueva temporada, intencionando que la escucha nos ayude a re-tejernos con los patrones que nos alinean con el cuidado de la vida.
El guión fue editado por Daniela Fontaine, Frida Arroyo Chiu y Maytik Avirama. El diseño sonoro por Carlos Castañeda y Maytik Avirama. Producción musical, Pedro Ocampo y Carlos Castañeda. La portada fue realizada por Daniela Fontaine, con asesoría gráfica de Sebastián Giraldo. En esta temporada contamos con la asesoría vocal de Gabriela Guraieb. Luz Estrello es la productora y Santiago Atehortua lidera las redes sociales. Gracias por escuchar y hasta muy pronto.